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viernes, 27 de septiembre de 2013

Una pelota no tan valiente


¿Sabías que las pelotas también tienen miedo? El experimento de hoy está especialmente dedicado a los niños, que se sorprenderán al ver que una pelota "cobra vida" y parece muy valiente al principio, pero luego... no tanto. Los materiales son, como siempre, fáciles de encontrar por casa, así que no hay excusa para no probarlo ;)



Materiales:

- Una pelota de ping-pong.
- Un vaso.
- Agua.


Procedimiento:

Este experimento casero es muy, muy sencillo. Lo primero que tenemos que hacer es llenar el vaso de agua, pero sin llegar hasta el borde. Dejamos la pelota justo en el centro y esperamos a ver qué pasa.

Como podréis comprobar, la pelota, muy valiente, tiende a acercarse a los bordes del vaso. Pero, ¿hará lo mismo si llenamos el vaso hasta arriba?

Una vez llenado el vaso hasta el borde, probamos a colocar de nuevo la pelota en el centro. ¿Qué ocurre ahora? Pues que la pelota se mantiene ahí. Si la empujamos hacia los bordes, vuelve rápidamente hacia el centro. Parece que ha visto el peligro y ya no es tan valiente, ¿verdad?


Explicación:

Una especie de tela invisible, llamada tensión superficial del agua, tira de la pelota en todas direcciones. Dependiendo del agua que echemos, la superficie adoptará una forma distinta que será la que determine su movimiento, de dentro hacia fuera o viceversa.

En el primer caso, la tensión superficial es mayor en los bordes del vaso y por eso la pelota de ping-pong se acerca a ellos. En cambio, en el segundo caso la tensión es menor en las paredes y tiende a quedarse en el centro.



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